
Diseñada en homenaje al famoso pintor Jacques Majorelle, cuyo retrato reina en la entrada, la suite Majorelle cautiva por sus colores vivaces y tejidos texturizados.
El color azul, el predilecto del artista, se realza mediante mosaicos de zelliges iridiscentes y pinceladas en un naranja vivo en las dos habitaciones de la suite.
Indisociable de la arquitectura interior marroquí, la decoración de gebs (yeso tallado) reviste las paredes enmarcando el amplio salón desde cuya terraza se contemplan los jardines floridos. En el horizonte, las vistas del Atlas son simplemente irresistibles.
«La decoración hace gala de un gran refinamiento, en los colores, en los materiales utilizados y en los techos “Majorelle”.»